Aquí os dejamos un curioso ejemplo de una empresa que se dedica a fabricar ánforas como en el mundo antiguo con el fin de meterlas en el agua unos años y luego venderlas como elemento decorativo. Una idea original:
La inmensidad del mar. Allí dentro, entre lo profundo y la oscuridad, se encuentran rastros nuestros. En el fondo, sumergido donde lo imposible nos absorbe, lo encontramos entre arrecifes y peces manta. La verdad es que lleva allí esperándonos desde hace decenios, siglos o incluso milenios... Es el pasado de la humanidad y los restos que algún día nos dejaron los antepasados, los que dejaron en el mar, y que nosotros hoy tenemos el deber de descubrir... ¿Nos acompañas?
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